- Mediante sus programas de iniciativas para las familias, ofrece oportunidades para que estas transformen sus vidas, ampliando su capacidad para identificar los comportamientos abusivos, dialogar con otras personas que han tenido experiencias semejantes y adoptar medidas para transformar sus vidas.
- Mediante los programas de iniciativas comunitarias, Caminar Latino ofrece oportunidades para que los miembros de las familias reconozcan sus propias fortalezas y las aprovechen para poner fin al ciclo de violencia y transformar a la comunidad.
- Ofrecemos un programa integral que abarca a toda la familia.
- Nos vemos a nosotros mismos, no como proveedores de servicios sino como agentes del cambio social.
- Hacemos hincapié en el papel de la comunidad, y no en el de los profesionales, para hacer frente a este grave problema social.
Por otra parte, los servicios tradicionales relativos a la violencia doméstica se han creado para mujeres blancas que son ciudadanas de los Estados Unidos. Por ello, esos servicios alientan decididamente a las mujeres a alejarse de sus parejas de manera permanente, y ese se ha considerado el objetivo primordial de las intervenciones. Por desgracia, en ese enfoque convencional no se tienen en cuenta impedimentos tales como el estado de documentación de las interesadas, el idioma, o los valores y creencias culturales, pese a que esos factores pueden cumplir un papel de suma importancia en la decisión de la sobreviviente de permanecer con su pareja o alejarse.
A partir de esos factores, la finalidad fundamental de Caminar Latino es ofrecer servicios de intervención y prevención con una orientación cultural específica a las familias latinas afectadas por la violencia doméstica, en los que se tienen en cuenta las dificultades y las realidades específicas de esa comunidad. Además de ofrecer todos los servicios en español, hemos encontrado que el hecho de que todos los miembros del personal sean también latinos y latinas que pueden relacionarse con los valores y creencias de la cultura permite que los participantes se comuniquen mejor con el personal y confíen más fácilmente en él. Por ello, Caminar Latino no valora solamente la educación y la capacitación de las personas, sino también su capacidad de relacionarse con la comunidad a la que presta servicios. Por último, el hecho de poder ofrecer servicios a todos los miembros de la familia en el mismo lugar y a la misma hora permite que las familias reciban al mismo tiempo los servicios de intervención y prevención que necesitan, lo que aumenta considerablemente las posibilidades de que sean exitosos. Ello también hace posible que Caminar Latino adquiera una comprensión más integral de lo que experimentan las familias, al trabajar con cada uno de sus miembros.
Aunque este método resulte poco habitual según las normas generales, nuestra experiencia nos ha convencido de que ese enfoque integral es un medio respetuoso, efectivo y culturalmente competente de hacer frente a la violencia doméstica en las familias de inmigrantes latinos, en vista de la importancia que tiene la familia y la comunidad para esa población.
- Grupos de apoyo y reflexión para las latinas sobrevivientes de la violencia
- Un Programa de Intervención contra la Violencia en la Familia certificado por el Estado de Georgia, que comprende 24 sesiones y está dirigido a los agresores (comprende un componente de educación sobre el uso indebido de sustancias adictivas)
- Cinco grupos para jóvenes que han presenciado actos de violencia (0 a 3 años, 4 a 7 años, 8 a 11 años, 12 a 16 años y mayores de 17 años)
- Intervención en situaciones de crisis
- Servicios de información y remisión
- Cursos de capacitación de madres y padres
- Programas de formación de líderes
- Capacitación y asistencia técnica
- Intervenciones para participantes LGBTI
Oportunidades de capacitación recíproca:
- Sobre la violencia doméstica
- Sobre competencias culturales
- El objetivo primordial de los grupos semanales es proporcionar, como ya se ha mencionado, espacios seguros para que todos los miembros de las familias latinas consideren su experiencia de la violencia como perpetradores, supervivientes o testigos y adquieran una mejor comprensión de sus opciones y posibilidades.
- Para muchos sobrevivientes, las reuniones semanales de los grupos se convierten en un momento indispensable de pausa frente al aislamiento, el temor y la soledad, y un lugar donde pueden compartir experiencias que suelen ser demasiado difíciles para hablar de ellas, a la vez que adquieren conocimiento de los recursos, servicios y opciones posibles.
- Para los jóvenes, es un lugar de estabilidad y seguridad en la que pueden compartir sus experiencias (si así lo desean) con otros jóvenes que han tenido experiencias semejantes, bajo la supervisión y tutoría de personas que se interesan genuinamente por su bienestar. También es un lugar en que pueden ser niños, sin la carga de sentirse responsables por la violencia que existe en el hogar.
- Para los hombres latinos que han ejercido violencia contra sus familias, la asistencia a los grupos (casi siempre) responde inicialmente a un mandato judicial, pero, si realmente desean cambiar su comportamiento, llega a ser un lugar en que pueden aprender mucho acerca de su violencia, explorar sus orígenes y encontrar soluciones viables para ponerle fin.
- Al mismo tiempo, los grupos semanales sirven como medio propicio para la capacitación de los estudiantes y voluntarios de la comunidad que desean entender más a fondo este grave problema social. Para algunos de ellos, es una oportunidad de entrar en contacto directo con las limitaciones de nuestras profesiones y nuestra sociedad, y de descubrir el terreno común que compartimos con personas muy distintas de nosotros mismos.
La diferencia primordial entre los dos tipos de programas reside en la persona a la que se dirige la violencia. Normalmente deben ser remitidos a programas de gestión de la ira aquellos individuos que no son capaces de manejar su furia en diferentes situaciones de la vida (por ejemplo, contra sus superiores en el trabajo, con su familia en el hogar, en episodios de conflicto en carreteras, etc.)
Deben ser remitidos a programas de intervención contra la violencia familiar los individuos que optan por ser violentos y abusivos con quienes les son próximos, generalmente en privado. Se trata de una relación de disparidad de poder, en la que el agresor es más fuerte que el agredido y la violencia se manifiesta de diversas formas (física, verbal, emocional, sexual, etc.).
Además de obtener resultados cuantitativos favorables, Caminar Latino también ha podido apreciar las ventajas del enfoque adoptado en su programa a través de los participantes. Algunos de los hombres adultos que participan continúan asistiendo o apoyando a Caminar Latino aún después de haber concluido el período obligatorio, pues consideran que el programa es beneficioso para su familia y no una forma de castigo para ellos. Además, hemos visto también que algunos adultos que llegaron inicialmente al programa como participantes, comprendieron el valor de sus experiencias y conocimientos y se han convertido en defensores de las mujeres o facilitadores de los grupos de hombres en Caminar Latino. Por ejemplo, de los ocho miembros actuales del personal de Caminar Latino, cuatro fueron anteriormente participantes en el programa. También hemos visto cómo los jóvenes participantes, en doce conferencias y sesiones de capacitación a nivel local, estatal y nacional, han compartido sus propias experiencias como testigos de la violencia para ofrecer sugerencias y recomendaciones a los proveedores de servicios sociales, los jueces y los agentes del orden público sobre la mejor forma de responder a la violencia doméstica.